Historia

Danzas de San Pedro en la Antigüedad

Registros escritos desde 1624

El documento mas antiguo al que hemos tenido acceso es el primer libro de los que se conservan de la Cofradía del Santísimo Sacramento, antecesora de la Vera Cruz, que sigue existiendo. Este libro va de 1624 a 1654 y en él se hacen referencia a las “Danzas”.

Se puede leer por ejemplo que entre los nombramientos de cargos u oficios se nombran:

7 u 8 personas para la “Danza de los Arquillos”.

5 personas para la “Danza de los Caballeros”. Requería los papeles de corregidor, secretario y 2 números.

Dos parejas, para la “Danza de Gitanos”. Estas Danzas de Gitanos fueron muy populares en el siglo XVII y estuvieron muy extendidas. Las describe Cervantes en “La Gitanilla”. Es un baile femenino, aunque sea frecuente que junto a las mujeres participen uno o dos gitanos, que hacen el papel de directores de la danza. El carácter y la indumentaria de esta danza tienen aspecto agitanado. En Segovia no se conservan, pero si en Hijar (Cáceres). Se sabe que las hubo también en Fuentepelayo y Segovia.

Además, por “las cuentas de los Libros de Cofradía” se pueden conoces mas datos de como eran esas danzas. Así, por ejemplo, en 1626 se gastaron 4 reales y 8 maravedíes en tres manos de “papel” que se compraron para la comedia y para los arquillos. También se gastaron 26 maravedíes de “guebos y acafrán” para pintar los arquillos, es decir, que los arquillos debían ser muy parecidos a los que se conservan en Perorrubio, con los que se ha danzado hasta 1940.

Allí se conservan 6 palos curvos, que se iban forrando periódicamente de periódicos viejos con los que hacían flecos. En el caso de San Pedro los papeles eran de color anaranjado, pues eran teñidos con azafrán, utilizando la clara de huevo como base.

Pero este tinte enseguida se iba, por lo que debían ser teñidos todos los años. La danza se llevaba a cabo de la siguiente manera: se enganchaban los seis palos en dos grupos de tres formando un tercio de circunferencia. Como eran ocho danzantes, a lo largo de la danza se hacían dos arcos formados por cuatro columnas de dos danzantes cada una. Cada dos columnas sujetaban un arco formado por tres palos y bajo los dos arcos pasaban las imágenes de la procesión.

Además en estos “libros de cuentas” figura lo que se pagó a los tamborileros. Por ejemplo, en 1626 se dice: “tengo gastados ocho reales que di a Josepe, tamborilero de la Cofradía del Santísimo Sacramento… mas cuatro reales que di a Josepe porque tañese el día de la Otaba”.

De la misma manera figuran los pagos a tamborileros en años posteriores hasta 1651.

Además de contratar a los tamborileros, se designaba a un cofrade para el acompañamiento de sonajas en algunas danzas.

Los vestidos de las danzas parece que se adquirían en Segovia o Sepúlveda, pues en 1627 figura que se gastaron 37 reales en “pagar los vestidos de Segovia”, y cuatro en los que “se trajeron de Sepúlveda”. En 1628 se menciona que los vestidos de Sepúlveda son de “alquil”, es decir, de alquiler.

El viernes, después de la fiesta, se invitaba a comer pescado y aceite a los tamborileros, el alcalde, el escribano (o notario), etc.

Como dice Demetrio Casado en su artículo sobre la Cofradía el Santísimo Sacramento, el evidente esfuerzo cultural que suponían estas actividades era gestionado por personas que podrían no saber ni escribir su firma.

Es muy curioso que a los músicos se los llama tamborileros, y no vozaineros. La razón es muy sencilla: la dulzaina, conocida en los pueblos de nuestra zona como bozaina, no se empezó a utilizar en Segovia fuera de los ambientes cortesanos hasta muy tarde. En esta época, lo que se tocaba era lo que hoy conocemos como gaita o pito leonés, que con sólo tres agujeros tapados con los dedos de la mano derecha se consiguen, asombrosamente, doce notas, según la fuerza con la que se sople. El mismo “Tamborilero” con la mano izquierda y con una sola baqueta, toca el tamboril.

Este instrumento que se sigue tocando en zonas de Salamanca, Zamora, León y en el País Vasco, se dejó de usar en Segovia en el siglo XVIII, siendo sustituido por la dulzaina, de origen Árabe.

La última referencia que hay en los libros de la cofradía es del año 1651. No encontramos documentos posteriores que se refieran a las Danzas. Es de suponer que se organizaran de manera diferente y no haya quedado constancia de ello; pero estamos seguros que fue en esta época en la que mas se enriqueció lo que hoy día llamamos Folklore popular con la incorporación de nuevas melodías junto, con la aparición de la dulzaina, la ejecución especializada a cargo de los danzantes, coreografía mas sofisticada, vestuario mas adornado y llamativo, etc.

Danzas de San Pedro último siglo

Lo que sabemos de principios de este siglo es lo que nos han dicho de palabra antiguos danzantes que ahora tienen 83 años. A ellos les enseñaron las Danzas en 1940, después de la Guerra Civil, gente que ya era muy mayor, de unos 70 años. Quiere decir que estos últimos fueron danzantes alrededor de 1890.

Entre otras cosas nos han contado lo siguiente:

Había cuatro comisarios que eran los encargados de las fiestas y de las Danzas; iban a la iglesia como tales y se sentaban con el cura en el momento de la ofrenda en las misas de las fiestas patronales. Estos cuatro comisarios pagaban a los danzantes lo que fuera. Es posible que de esta manera se gestionaran las Danzas desde 1651 que es cuando se pierden los testimonios escritos.

A lo largo de la procesión el público elegía las Danzas. La persona interesada levantaba la voz y ofrecía un dinero para la Virgen y otro para los danzantes diciendo el nombre de la danza que quería que se bailase. Al final de la procesión, después de bailar El Arco para que pase la Virgen debajo de él, los danzantes entraban en la iglesia detrás de la Imagen sin deshacer la danza, o sea, desde fuera de la iglesia hasta el altar iban subidos de pie uno encima de otro en dos parejas lo cual requería un gran entrenamiento y resistencia física.

Todas las danzas eran bailadas por hombres, incluidas, La Cruz y El Arco. Fue a partir del año 1947 cuando empezaron a bailar las mujeres La Abuela, La Cruz y El Arco.

Ensayaban a lo largo del verano para las fiestas de Nuestra Señora el 8 de septiembre. Era la excusa para pasar un rato en la calle con los demás y un motivo por el que los padres dejaba salir siempre a sus hijos, aun cuando las tareas en el campo exigían madrugar al día siguiente. Los ensayos se hacían sin dulzaina, tarareando la música, pues los dulzaineros cobraban y solo iban cuando se actuaba.

Siempre se ha actuado en las procesiones y además en los siguientes sitios:

La primera vez que se salió para actuar fuera del pueblo fue a Vellosillo, con ocasión de la restauración de la iglesia que hasta entonces había sido ermita; actuaron también los grupos de Perorrubio, Arcones y Matabuena.

De 1950 a 1959 participa en concursos provinciales ganando varios premios como números uno.

1960. Tercera demostración sindical de Barcelona. Estuvieron allí tres días a gastos pagados y danzaron en el Nou Camp. La mayoría era primera vez que salía de la provincia. Este mismo año se actúa dos veces en Segovia.

1962. Fiestas del Pilar de Zaragoza donde estuvieron también tres días actuando varias veces.

1965. Feria de Burgos, Coca (Segovia) y en TVE en el programa de provincias de Antoñita Moreno.

1966. Feria de Burgos y en la Granja de San Ildefonso.

1970. Se actúa en el Pabellón de Segovia de la Feria del Campo en Madrid, y por ser la ultima actuación de aquella época, reproducimos integro el artículo de la Revista “Ayer y Hoy de Radio Segovia”, en su numero 41 de julio de 1970:

El domingo día 19 de abril de 1970, y después de la sant misa en la iglesia parroquial, tuvo lugar en el Pabellón de Segovia de la Feria del Campo, gentilmente cedido por Arturo Acosta, Presidente de la Cámara Oficial Sindical Agraria, un Concurso de Danzas típicas, en el que tomaron parte los Grupos de Danzas de Carbonero el Mayor, Torreiglesias, Segovia, con sus Grupos A y B, Castroserna de Abajo, Cuellar y San Pedro de Gaíllos, concurso patrocinado por la Jefatura Provincial del Movimiento de Segovia, obteniendo el primer premio el Grupo B de Segovia, el segundo, Carbonero el Mayor y el tercero, San Pedro de Gaíllos. A continuación, se celebró también un concurso de Dulzainam compitiendo los dulzaineros, Pedro Matey, Mariano Contreras, Serafín Vaquerizo y Mariano San Romualdo adjudicándose el primer premio Mariano San Romualdo y el segundo, Pedro Matey (San Pedro de Gaíllos). Este concurso fue patrocinado por el Mesonero Mayor de Castilla.

A partir de aquí, como consecuencia de la emigración de los habitantes de los pueblos hacia otras poblaciones más grandes, se dejó de danzar por falta de jóvenes. Por otra parte, parecía valorarse más la vida en la capital, más cómoda y llevadera que la esforzada y poco rentable vida del labrador en los pueblos. Se cerraban casas enteras y en otras casas se quedaban los padres, y los hijos al volver del Servicio Militar se iban a Madrid, Barcelona, etc.

A partir de 1980 los jóvenes ya se empiezan a quedar en los pueblos, pues empezaba a escasear el trabajo en las capitales y la mecanización de la agricultura hizo más llevadera y rentable la vida en el campo. En este mismo año, los jóvenes, aun pocos, pedimos al Ayuntamiento un local para un Centro Sociocultural. Se nos fue concedido el local de una de las escuelas, convirtiéndose en el centro de reunión de toda la juventud. En una de estas reuniones comentamos que podríamos aprender a danzar. Reclamamos la enseñanza al Grupo que dejo de bailar en 1970, y en un año y medio estábamos preparados para actuar, y lo hicimos en la procesión de las fiestas patronales de San Pedro Apóstol en 1982, ante la alegría y júbilo de todo el pueblo.

1982. Aprendimos a danzar siete paloteos: El Submarino, Los tres Puntos, La Trucha, La salve, La Abuela, Repicoteado El Peral, Repicoteado Villa de Tudela y en cuanto a bailes La Cruz, El Arco, La Entradilla y La Jotilla. No eran todas las danzas que bailaba el Grupo anterior, pero estábamos muy contentos por haber aprendido en año y medio once piezas del repertorio. Hay que tener en cuenta que enseñar a una o dos personas que no saben palotear dentro de un grupo en el que los demás si saben, es relativamente fácil, pero aprender ocho personas a la vez es muy difícil. Había que cuidar también minuciosamente los pasos de las danzas de las chicas (La Abuela, La Cruz, La Jotilla y El Arco), pues son movimientos específicos para cada una de las danzas y diferentes de los pasos de las jotas tradicionales.

De 1982 a 1989 se actúa en Sepúlveda, Turégano, Orejana, Valdesimonte, Navafría, Pedraza, Segovia, Fuentepelayo, Torre Val de San Pedro y Cantalejo. En 1984, aprendimos a palotear El Credo, que debido a su dificultad no le habíamos hecho antes. El 23 de junio de 1984 fue mi primera actuación en público tocando la dulzaina con el Tío Pedro. El tambor lo tocó otro. Fue en la boda de Mª Jesús (Hija de Lope) y Antonio en la catedral en Segovia.

En 1990 se actúa en Rebollo, Collado Hermoso y Fuentepelayo. El grupo ya tenía cierta personalidad, calidad y arraigo y nos sentimos con fuerza de organizar, con la ayuda del Ayuntamiento, aprovechando las fiestas de San Pedro, el homenaje al “Tío Pedro Tambores” que contaba ya con 82 años de edad y había sido el único dulzainero del grupo hasta 1988. Fue un acto muy emotivo, pues era una persona muy querida por todo el pueblo y actuaron en su honor los Grupos de Danzas de El Arenal, Fuentepelayo y San Pedro de Gaíllos. Actuaron también, en los pasacalles y en la misa varios dulzaineros muy afanados. El Tío Pedro Tambores murió el 15 de Julio de 1991 a los 83 años de edad. El Grupo de Danzas le llevo una corona en el funeral.

Orígenes de la Danza y el Paloteo

“La Danza” es tan antigua como la existencia de la humanidad. El hombre primitivo hacía ciertos ritos con movimientos de cuerpo acompasados, relacionados con lo desconocido, que para ellos, en aquellos momentos, era todo: la misma vida, los frutos de la tierra, las enfermedades, la muerte, la Naturaleza, etc… Era la manera de expresar su alegría ante hechos como la caza, acontecimientos sociales, batallas, etc.

De aquí, cada etnia o zona geográfica determinada fue cambiando sus expresiones corporales relativas a la “Danza” en torno a acontecimientos más concretos:

  • Acontecimientos religiosos y sociales.
  • Alegría y júbilo.
  • Cosechas de las que depende el sustento. Estos son los motivos más importantes por los cuales los hombres y mujeres han danzado, evolucionando a lo largo del paso del tiempo de manera diversa. En dicha evolución han intervenido muchos factores pero el aspecto que mas ha influido ha sido el de “la gracia para hacer la Danza”.

En cuanto a los orígenes del “Paloteo”, los historiadores no se ponen de acuerdo, si bien la versión mas aceptada por todos es la del “origen guerrero”. Hay documentos de antes de Jesucristo, que dicen que ciertas tropas agitaban sus espadas al ritmo de los tambores antes de entrar en combate. Prueba de esto es el hecho de que hay grupos de Danzas del norte de Burgos que tienen en su repertorio Danzas de espadas con movimientos mas lentos que el Paloteo pero hechas también con 8 personas.

La Danza en general (Baile y Paloteo) fue algo muy popular a lo largo de la edad antigua y la edad media y fruto de esta popularidad se fue introduciendo en los actos religiosos en el siglo XVI, circunstancia que aprovechó la Iglesia para dar realce a estos actos. El más importante era la fiesta del Corpus Christi. Esta fiesta fue instituida por Urbano IV, en el año 1264. Juan XXII dispuso mucho tiempo después que se celebrara procesiones (con danza), que fueron junto con los autos sacramentales, los componentes básicos de esta fiesta a partir de los siglos XVI y XVII. El número de danzas va decreciendo hasta su total prohibición en 1777 por la Pragmática Sanción, dada por Carlos III.

A pesar de ello, en los pueblos se siguen practicando danzas en las procesiones. Los autores literarios del siglo XVII ya destacaban el carácter rústico y sencillo de las danzas de paloteo. Están extendidas por toda Europa.

Diremos, a modo de inciso, que los danzantes en los actos religiosos debían ponerse túnicas blancas, pues la solemnidad de la iglesia lo requería y fueron estas túnicas las que posteriormente se adornaron y retocaron y dieron lugar a las faldillas que conservan algunos Grupos de Danzas en la actualidad.

La Danza, por tanto, ha ido evolucionando en función de las circunstancias de cada momento y de cada zona geográfica, circunstancias que no vamos a detallar para no hacer esta memoria demasiado extensa, dando paso a un Folklore actual rico, diverso y diferente de unas zonas a otras, orientado hacia acontecimientos religiosos (fiestas patronales sobre todo) y sociales (fiestas, bodas, conmemoraciones, etc.)